sábado, 30 de julio de 2011
Antequera Blues Festival 2011
jueves, 28 de julio de 2011
VARIOS "Atlantic Rhythm and blues 1947-1974"
1985Atlantic En 1947 Ahmet Ertegum y Herb Abramson crearon en Nueva York la compañía Atlantic, que en sus primeros tiempos cimentó su prestigio gracias a una concepción abierta del rhythm´n´blues, un género indefinido que por entonces englobaba jazz, swing, blues, lounge, boogie o la música de los grupos vocales, y que serviría de anticipo tanto del rock´n´roll como del soul. En cualquier caso, tenía muy poco que ver con lo que ahora se entiende como R&B.
Miles Davis "Kind of blue"
The Beatles “Revolver”
1966 Parlophone
En “Rubber Soul” (1965), The Beatles anticiparon el concepto de álbum como unidad de creación artística, expandiendo su música y empezando a usar el estudio como un instrumento más (¡ inspirando el “Pet Sounds” de The Beache Boys¡). Tres meses de vacaciones subsiguientes (los primeros desde la beatlemanía) sirvieron para reafirmas era iniciada vocación experimentadora. Cansados de repetir una fórmula, querían ir mucho más allá, tanto como sus superdotadas consciencias artísticas (aún más expandidas por algunas drogas) les permitieran imaginar. Cuando el 6 de abril de 1966 entraron en el estudio, The Beatles tenían una idea muy clara: cada instrumento debía sonar de manera diferente a lo habitual. Los técnicos de sonido de Abbey Road (Geoff Emerick al frente) tenían la misión de saltarse los métodos tradicionales. Así, una canción comenzaba con drones de sitar buscando la sensación de un mantra en efectos improvisados de voz y batería. El día siguiente insertaron loops caseros (Paul McCartney escuchaba a Stockhausen). Luego llegó una frase de Ringo para titularla: “Tomorrow never knows”. A partir de ahí, el sonido del resto del álbum (que empezó llamandose “Abracadabra”) sería igual de mágico, sin perder el prodigioso don melódico de la casa. Incluso el artístico collage de la portada de Klaus Voorman es poco convencional.
“Revolver”, publicado el 5 de agosta de 1966, propaga una revolución en muchos sentidos. Musicalmente, pone fin a las limitaciones de un cuarteto y a la posiblidad de reproducirse en directo. Rompiendo la cima de su creatividad, Lennon y McCartney se diferencian claramente. Con la ayuda de George Martin, McCartney madura como un excelente compositor que transciende el pop en el dulce susurro de “Here, There and Everywhere”, la orquestal “Eleanor Rigby” y “For no one”, una balada con piano y clavicordio a ritmo de vals y un solo de trompa que ni cosido por Schubert. Además, anticipa el interés por el carnaval popular y las bandas de feria –que luego sería pilar de “Sgt. Pepper´s Lonely Heart Club Band” (1967) – en “Good day sunshine” y “Yellow submarine”, una rima melódica universal infalible que muestra la cara más lúdica de la psicoldelia con multitud de ruidos y efectos sonoros. Por su parte, John Lennon inventa un futuro para el pop-rock: una melodía adhesiva cantada con armonía de voz a tres partes, punteada por un caleidoscopio de guitarras entrelazadas con el contrapunto de una prominente melodía de bajo (con esa doble compresión que da vértigo) sobre el colchón de una batería chispeante (genial el papel de Ringo). La formula de la psicodelia pop quedaba así escrita en “And your bird can sing” (yambién en “Rain”, que pertenece a las mismas sesiones pero salió en un single previo junto a “Paperback writer”). “She said She said”, además, saluda a The Byrds estampando los cimientos de la psicodelia el raga indio de las armonías espirales que cosen a las guitarras, a la vez que muestra el lado oscuro de la psicodelia: la paranoia (está inspirada en una mala experiencia lisérgica de John, precisamente con David Crosby y Peter Fonda).
Bajo en sonido detallista siempre sorprendente, la variedad de aromas en “Revolver” es constante. Paul visita el soul de
Por otro lado, las letras se extienden más allá de los simples temas de amors. En “Tomorrow never knows” (“Desconecta tu mente, relájate y flota a favor de la corriente…”) John se inspira en sus experiencias con LSD guiado por el libro “The Psychedelic Experience” de Timothy Leary y Richard Alpert (basado en el libro tibetano de los muertos). Paul también relata su iniciación en “Got to get you into my life” (“Estaba solo, hice un viaje/ no sabía que encontraría allí…”), mientras Geroge proclama su amor místico de su obsesión india en “Love you to”. El tema “psicodélico” surge en casi todas las canciones. Desde su privilegiada posición, The Beatles miraban curiosos a su alrededor, absorbían la agitación de las vanguardias socioculturales y la amplificaban a todo el mundo.
The Beatles no inventaron la psicodelia (ni siquiera musicalmente: los temas “Shape of things” de The Yardbirds y “Eight miles high” de The Birds estaban en la calle), pero desde su enorme inspiración cristalizaron su sonido y articularon su mensaje inyectándolo en la conciencia social. Mientras The Beatles definían la cultura pop, “Revolver” destruyó para siempre las barreras de aquello que hasta entonces se conocía como música pop. A partir del 5 de agosta de 1966, nada sería igual en el siglo XX.
Guillermo Z. del Águila
The Rolling Stones “Beggars banquet”
1968 Decca
1968. En Estados Unidos las protestas contra la guerra de Vietnam lanzan a los jóvenes a la calle. En Francia los universitarios reclaman su derecho a ser realistas y pedir lo imposible. Mientras, en Inglaterra, The Rolling Stones no son ajenos a lo que ocurre, pero libran su propia batalla. Después de discos como “Aftermath” (1966) o “Their Satanic Majesties Request” (1967) y singles del calibre de “(I can´t get no) Satisfaction” o “Jumpin´Jack Flash”, gozan de una posición privilegiada en la escena británica. Sólo The Beatles, que ese mismo año publican el “White album”, pueden hacer gala de un status equivalente. Sin embargo, el entorno del grupo es tan turbulento como la situación político-social occidental.
El proceso de gestación de “Beggars Banquet” coincide con la segunda detención de Brian Jones por posesión de drogas. El guitarrista pasaba por un momento anímico crítico, y la grabación del disco actuó sobre él a modo de terapia. El trabajo con un nuevo productor, Jimmy Miller, y las últimas canciones de Mike Jagger y Keith Richards, que marcaban un retorno a las raices rhythm´n´blues de sus inicios, le hicieron abandonar los instrumentos exóticos con que había estado experimentando (mellotron, flautines marroquíes) para centrarse de nuevo en las seis cuerdas. Jean-Luc Godard recogía todos los detalles de la grabación del álbum con el objeto de utilizar el material filmado en la película “One plus one”, y Jagger aprovechaba la atmósfera del momento para unirse a la manifestación contra
Los problemas se multiplicaron cuando Decca decidió posponer la fecha de edición del LP. El motivo aducido era que se negaban a aceptar el diseño de la portada propuesto por la banda, una fotografía del interior de un retrete con las paredes llenas de graffitis. Los tiras y aflojas durarían hasta diciembre, cuando finalmente apareció con una cubierta donde sólo se leía el título y el nombre del grupo. Para terminar de complicar las cosas, Andrew Loog Oldham, Eric Easton y Allen Klein, managers pasados y presentes del grupo, se enzarzaron en una serie de pleitos cruzados en los que se reclamaban indemnizaciones de varios millones de dólares.
En mitad de tal torbellino, The Rolling Stones sacan petróleo de la situación y completan uno de sus mejores trabajos, borrachos de blues (la soberbia “Parachute woman”), gospel (“Salt of the Earth”, original del reverendo Robert Wilkins) y hasta country, con un tema sobresaliente que se convierte, por derecho propio, en bandera de todo el álbum: “Sympathy for the devil”, un monólogo inspirado en la novela rusa surrealista de los años treinta “El maestro y Margarita”, de Mijail Bulkarov, donde Satanás se presenta como un dandy de voz susurrante que se introduce con la frase: “Permítanme que me presente…” Originalmente, repasaba su trabajo en
Eduardo Guillot
BEASTIE BOYS "ILL COMUNICATION"
miércoles, 27 de julio de 2011
Beck Odelay
Blur Blur
Radiohead Ok computer
Andrés Calamaro Honestidad brutal
Joaquín Sabina 19 días y 500 noches
BMG 2000
Una voz como la de Sabina, áspera y escéptica a golpe de experiencias vitales, posee suficiente vigor y poder de comunicación como para destacar en un entorno instrumental más elaborado que una esquelética guitarra. Es lo que sucede en 19 días y 500 noches: la producción de Alejo Stivel se deja notar lo justo, creando un relieve adicional nunca intrusivo, tanto en los ritmos vivos de inspiración caribeña como en las baladas dulcificadas con oportunos timbres de cuerda. Guitarras dentro del más estricto canon rockero, acordeones y armónicas expertos en añoranzas y hasta trompetas de agudeza pimpante abrazan las letras de Sabina con calidez de amigo de toda la vida. Probablemente sea en esa simbiosis donde descansa el mérito de este disco que rechaza de plano los superegos.
Federico González