jueves, 13 de diciembre de 2012

¿Lo mejor del año? Las listas



Por: Xavi Sancho | 11 de diciembre de 2012


El debate alrededor de las listas de lo mejor del año es el mismo que el que existe alrededor de la relevancia de la prensa musical, cuyo encaje en una época en la que, si quieres saber algo de tu estrella favorita entras en su Twitter, si te apetece escuchar algo de esa banda que tanto le gusta a tu amigo y/o bloquero favorito, solo tienes que darle al link de descarga, parece algo complicado de definir. Que una crítica te cuente que este es el tercer disco de la banda se torna casi irrelevante cuando la Wikipedia dice lo mismo (bueno, la que está en español igual informa de que es el sexto). Que te diga que este o aquel tema recuerda a este o aquel artista solo puede resultar útil si no conoces a este o aquel artista y posees la curiosidad suficiente como para entrar dos veces al día en Spotify. El mundo de la música ha cambiado mucho en la era de Internet. La música también ha cambiado, un poco menos, pero también lo ha hecho. Incluso la forma en que la consumimos no se parece en nada a cómo lo hacíamos hace una década. Pero, en cambio, la crítica musical y la forma en que el lector la encara es prácticamente la misma. La libertad que nos iba a dar Internet para poder estrujar el formato, deshacernos de ciertos corsés y apostar por una crítica más creativa, en la que el texto fuera un valor en sí mismo y no una mera guía de escucha propuesta desde el análisis casi clínico, no ha llegado. Huelga recordar que hasta que el Melody Maker dejó de exigir a sus críticos que supieran leer música no logró estrechar la distancia en ventas que lo separaba del NME, mucho más veloz en entender que esto del rock no es país para técnicos. Así, en al actualidad, como mucho tenemos un diálogo de sordos, en los que alguien escribe algo desde la idea de que su experiencia personal es universal y (otro) alguien le responde tratando de imponer la propia como medida de todas las cosas. Y si en algún lugar se refleja este estancamiento, tanto en la oferta de contenidos como en la forma en que el público espera que le sean presentados estos, o incluso en el perfil de contenido susceptible de ser abrazado por la prensa especializada, es en las listas de lo mejor del año. Nadie está contento porque todos se acercan con la falsa idea de que están hechas para contentar. Las listas, como la prensa, están para molestar. Somos medios de comunicación, no medios de difusión.

"Si tienes una lista negra, quiero estar en ella" (Waiting for great leap forwards, Billy Bragg)

Por alguna razón, aún existe una mayoría de lectores que espera que en estos inventarios estén todos los grupos que conoce, admira y este año, además, -qué suerte, ya ves- editaron álbum. Por alguna razón, los editores de Rolling Stone USA aún creen que Springsteen sigue lanzando discos dignos de ser lo mejor del año, no importa que su última referencia sea como un álbum de los Pogues, pero sobrios. No por nada, en estos últimos diez años, uno de cada cuatro álbumes que han merecido la mayor puntuación (cinco estrellas) en la revista yanqui llegaban con la firma del de Nueva Jersey, quien además actuó en la fiesta por el 60 cumpleaños del actual director de la revista. Si viene a casa Springsteen y me canta 'Racing in the street' el día de mi santo (tendrá que ser un acústico, Bruce, no cabe toda la E Street Band en el salón y a la señora no le gusta que mueva los muebles ni para jugar a la Wii) soy capaz incluso de decir que 'Working on a dream' era un disco maravilloso.
 
Por motivos tan opuestos a los de Rolling Stone que parecen casi los mismos, Sean Adams, editor de la web musical Drowned in Sound, se sorprendía recientemente de que ningún miembro de su staff hubiera votado por Animal Collective (este 2012 han lanzado ‘Centipede Hz’), cuando hace solo tres años su ‘Merriweather post pavillionarrasaba en las listas de lo mejor del año y traspasaba la frontera que separa lo bueno de lo importante, algo no muy común en estos tiempos que corren. Es muy probable que el mundo haya cambiado un poco más de lo que piensan quienes votaron por ‘Wrecking ball’ como mejor disco de 2012 –musicalmente, claro, pues en términos de conexión con la realidad, el largo de Springsteen sí afronta la coyuntura actual con enorme voluntarismo- y es muy probable también que no haya cambiado tanto como piensan quienes han decidido desterrar de su colección de favoritos a los de Panda Bear. De acuerdo, este año no han editado exactamente una obra maestra, por tampoco un disco que no merezca estar ni entre los 50 mejores del año, al menos, para quienes en 2009 pensaban que eran tan grandes que podrían incluso poner orden en Somalia. Los que jamás hemos sentido ningún interés por ellos podemos pasar palabra.
 
Este año ha sido una mierda…Pero, esta gente, ¿quién se creen que son para ignorar a Madonna?... No os enteráis de nada, esto ya está pasado de moda, llegáis tarde, como siempre… Menuda chapuza, no conozco ningún grupo de la lista… Sois unos hipsters… Este disco salió en Nueva Zelanda en diciembre de 2011, no sé qué cojones hace en la lista… ¿Por qué nunca hay discos de metal en las listas? ¿No son suficientemente guais para vosotros?... Ya no se hace música como hace treinta años… Es una vergüenza que EL PAÍS publique esto… Todo es muy anglosajón, a ver si visitamos más las favelas… Lady Gaga, ¡¡¡eres la mejor!!! XXOOO!!! :);):D


Una de las características que definen estos tiempos que vivimos es que a todo el mundo le gusta mucho opinar. Esto lo tenemos todos claro, y este mismo texto es prueba de ello. Nos pone discutir durante horas sobre las cosas, pero a muy pocos nos apetece realmente hacer algo al respecto de lo que sea. La idea es centrarse en algún aspecto de la realidad que no termine de satisfacernos y tratar de derrotarlo por agotamiento, sin en ningún momento proponer una alternativa. Es como aquella gente que cree que ha ido más allá porque "al menos, me hago preguntas". Muy bien, hazte las preguntas que quieras, pero no me llames hasta que tengas alguna respuesta, gracias. Aquí no hacemos preguntas, ni mucho menos damos respuestas. Solo criticamos.

"Stand on the bloody line!" (Michael Caine en 'Evasión o victoria')

Cuentan que el manager de Sylvester Stallone quería que su hombre marcara el gol decisivo en 'Evasión o vistoria', y no ese negro brasileño. Le hicieron entender que 'Rocky', aun siendo la mayor estrella del reparto, interpretaba al portero, por lo que era complicado que anotara goles. Al final, le pusieron en el guion un penalti que atajar. Nosotros tenemos peor manager que Stallone.

Y bueno, tal vez las listas de lo mejor del año son algo obsoleto, fuente constante de insatisfacción, y solo se suceden año tras año por la incapacidad de los medios de regenerarse y ofrecer nuevas formas de presentar sus contenidos. Igual es hora de acabar con ellas, pero antes, si no es molestia, podríamos terminar con las críticas de discos escritas por los que se van de copas con las bandas. Las piezas sobre eventos firmadas por los propios organizadores. Las entrevistas por email a las que responde en publicista. Los textos en los que aparece la palabra seminal. Los artículos que son meras listas de los mejores secundarios de las películas de John Ford, las mejores caras B de Led Zeppelin o los mejores personajes de Super Mario (¿hay algo más cansino y holgazán que estas listas?). Las necrológicas al respecto del tipo que le afinó la guitarra a John Lennon antes de un concierto en Newcastle en el 65. Las piezas que conmemoran el aniversario del lanzamiento de cualquier disco, sea la cifra redonda o no (lo peor de esta década, pensaba uno, es que se cumplen 50 años de cualquier cosa que pasara en los 60, pero últimamente, en un arrebato que solo puede calificarse como pura anarquía, han empezado a aflorar piezas celebrando los 32 años de algo, o el hecho de que alguien hoy cumpliría 114 años). En fin, todas estos artículos que se escriben por inercia y no porque se haya de pagar un alquiler. Ser un mercenario es mucho menos grave que ser un vago.

"Dostoievski era epiléptico, yo era asmático. Para escribir bien un hombre tiene que tener una afección mortal. Era la única forma de afrontar la presencia de la muerte ('La hermandad de la uva', Johnn Fante)


Probablemente, si hubiera más dinero, nada de lo anterior sucedería, y estas ya cansinas reflexiones sobre la naturaleza del periodismo, con su habitual mezcla de orgullo ("es la mejor profesión…" ¿De verdad? ¿Mejor que ser el mecánico de Sasha Grey?), autoflagelación ("hemos denigrado el oficio…" A mí no me miren, yo era así de malo ya en 2004) y determinismo ("siempre existirá…" Ah, lo mismo dijeron los mamuts), desaparecerían. Pero lo cierto es que aquí no hemos tenido nunca una prensa, al menos musical, con suficiente entidad, porque jamás hemos tenido una industria musical ni un esquema de medios afines con suficiente capital y el poder que este otorga para poder influir o para alcanzar la excelencia. Pero no es un mal solo musical, no crean. Nuestra prensa de tendencias es solo bazares al dictado del anunciante y entrevistas con los amiguetes que han montado un taller de joyería vintage. Últimamente, al menos, se incluyen apócrifas traducciones de artículos aparecidos en el NYT o en Slate.
Internet nos iba a permitir ser originales, y al final, lo único ha hecho es invitarnos a repetir los tics de nuestros mayores pero con peor gramática. Y alguno dirá: "por lo que pagan por leer esto y por lo que me pagan a mí por escribirlo, ya pueden dar gracias de que haya puesto lo acentos…" Pues si te pagan poco y te insultan mucho, demonios, al menos que se note que te lo has pasado bien escribiéndolo...

Es muy probable que en unos años ya no exista la crítica musical como la conocemos, y es muy probable que en un tiempo a nadie le paguen por escribir sobre un libro o una película. Pero las listas de lo mejor del año no desaparecerán jamás. Primero, porque siempre habrá años. Segundo, porque está comprobado científicamente que lo que más odiamos (los bancos, los políticos, Díaz Ferrán, David Bisbal…) es lo que menos posibilidades de extinguirse tiene. Los críticos musicales y los bazares de complementos en las revistas femeninas son la excepción que confirma al regla.
2012, pues: Según Metacritic, los discos mejor valorados en las listas de lo mejor del año en los medios anglosajones son Frank Ocean, Kndrick Lamar, Tame Impala, Fiona Apple y Grimes.


2013 ¿y?: Servidor le tiene muchas esperanzas a este disco...

Clase de Teoría de la Comunicación de Masas. Facultad de periodismo de la UAB. Mediados de los 90. Un alumno le dice al que tiene sentado al lado: 'Esto es inútil. ¿Te das cuenta de que, en unos años, habrá amigos nuestros que fueron al mismo colegio y que sabrán construir un puente?'. El otro responde: 'Supongo... Pero, bueno, yo tengo un Premio Ondas'. 


En El muro de Sonido de El Pais