Pasión por la guitarra
Ocurrió en Madrid. Una mañana de 1912 irrumpió en el taller del constructor de guitarras Manuel Ramírez un muchacho de aspecto extravagante. Era alto y flaco. Llevaba lentes gordas y redondas con monturas de concha, corbata que caía en cascadas, chaleco de terciopelo negro cerrado hasta el cuello con botones de plata, americana gris cruzada, pantalones a rayas, zapatos de charol y, en la mano, un recio bastón para defender su facha, según iba a reconocer él mismo muchos años más tarde. Al verlo, Ramírez no pudo contener la sonrisa. El muchacho del bastón fingió no darse cuenta y pidió algo que nunca nadie le había solicitado a Manuel Ramírez, ni osaron pedirle jamás al fundador de la dinastía, José Ramírez I (1858-1923), ni le encargarían después a José Ramírez ni a José Ramírez III, ni a José Ramírez IV, ni a Amalia Ramírez (1955). El muchacho quería que le alquilasen una guitarra para una tarde. Y sólo para un concierto, después la devolvería. Ramírez decidió seguirle la corri...
mu shula tio, dame de alta para hacer entradas
ResponderEliminarmuy bueno el nuevo blog del enclave!!me ha gustado mucho el enlace al juego de solfeo,muy entretenido y util.
ResponderEliminarbuen trabajo!!