miércoles, 27 de julio de 2011

Joaquín Sabina 19 días y 500 noches



BMG 2000

Una voz como la de Sabina, áspera y escéptica a golpe de experiencias vitales, posee suficiente vigor y poder de comunicación como para destacar en un entorno instrumental más elaborado que una esquelética guitarra. Es lo que sucede en 19 días y 500 noches: la producción de Alejo Stivel se deja notar lo justo, creando un relieve adicional nunca intrusivo, tanto en los ritmos vivos de inspiración caribeña como en las baladas dulcificadas con oportunos timbres de cuerda. Guitarras dentro del más estricto canon rockero, acordeones y armónicas expertos en añoranzas y hasta trompetas de agudeza pimpante abrazan las letras de Sabina con calidez de amigo de toda la vida. Probablemente sea en esa simbiosis donde descansa el mérito de este disco que rechaza de plano los superegos.
Federico González

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