lunes, 26 de noviembre de 2012

BOB DYLAN "BLONDE ON BLONDE" 1966 C0LUMBIA





Como brazo activista de la cultura popular, el rock comienza a definirse en los años sesenta como un vehículo expresivo capaz de trascender el ámbito del entretenimiento y ambicionar cierto alcance intelectual. En la primera mitad de esa década, el rock'n'roll carece de prestigio frente al folk, género con conciencia social y quorum en los campus universitarios norteamericanos. Pero el puente entre ambos mundos es posible: lo demuestra un Bob Dylan que, en "Blonde On Blonde", cambia el curso de la música popular al redefinlr la gran banda sonora norteamericana con instinto renovador y fijación literaria.
Un paso de gigante que no surge de la nada. Con su quinto álbum, "Bringing It All Back Home" (1965), Bob Dylan, que venera a Ramblin' Jack Elliott y Woody Guthrie, pero también a Elvls Presley, ha llevado la tradición del folk hasta la frontera eléctrica del blues y el rock en un boceto prometedor. "Highway 61 Revisited" (1965) convierte ese cuaderno de notas en chirriantes y vitalistas acordes de garage con textos nutridos por la generación beat. Pero lo que ocurre en "Blonde On Blonde"ya no es tan sólo una revolución, sino una obra de madurez en sí misma. Una ambiciosa ópera concebida sin corsés, que rompe convenciones ya desde sus dimensiones físicas: el primer doble álbum con material original de la música popular, cuya cuarta cara de vinilo está íntegramente ocupada por los once minutos largos de "Sad Eyed Lady Of The Lowlands", fresco dedicado a la primera esposa del autor, Sara Lownds.
A principios de 1966 Dylan tiene asumido su rol rupturista en una escena folk que no le perdona su "traición" eléctrica. Ya le han silbado en el festival de Newport y ha girado con The Hawks (los futuros The Band) frente a plateas desconcertadas que no saben si aplaudirle o abuchearle. Ahora toma otra decisión sorprendente: grabar un disco en Nashville con músicos locales con bagaje country, y llevarse hasta allí a Al Kooper (teclados) y Robble Robertson (guitarra; el único de The Hawks que tomará parte en las sesiones). El guitarrista Charlie McCoy y el productor Bob Johnston lideran la comunicación entre sus colegas de Nashville, músicos de raíz clásica pero abiertos de miras, y Dylan, quien desea grabar con todo el grupo reunido en una misma habitación, lo que conlleva derribos de tabiques y reubicación del material técnico.
El diálogo funciona y "Blonde On Blonde"saca punta a un nuevo lenguaje sonoro. Capta la denominación de origen de la música norteamericana desde un encuadre de rock innovador, con el órgano de Kooper sugiriendo intimidad y la sección rítmica de Kenny Buttrey (batería) y Henry Strzelecki (bajo) subrayando las inflexiones compositivas con pinceladas delicadas. Y ello pese a que seguir a Dylan no es fácil: "Sad Eyed Lady Of The Lowlands", por ejemplo, insinúa diversos falsos finales y mantiene a los músicos en vilo durante todo su desarrollo.
Pero ahí está el "sonido de mercurio salvaje" perseguido por Dylan desde "Highway 61 Revísited", ahora madurado, expandido y plasmado sobre algunas de sus mejores canciones. Desde la procesión destartalada, trombón incluido, de "Rainy Day Women # 12& 35" ("todo el mundo tiene que colocarse", invita; durante la grabación corre el licor y la marihuana) hasta apabullantes canciones-río como "Memphis Blues Again"y "Visions Of Johanna", piezas literarias que desbordan el formato de canción tradicional y exhiben una profundidad inédita en la música popular. Pasando por "Pledging My Time", con ese "sonido de las tres de la madrugada", según decía Al Kooper.
La deuda con el blues está en casi todas partes, aunque especialmente en "Leopard-skin Pill-box Hat", una canción con aparentes referencias en clave a la modelo warholiana Edie Sedgwick, en quien podría inspirarse el título del disco (otras fuentes apuntan a la primera novia de Dylan, Echo Helstrom; otras lo atribuyen a una simple ocurrencia sin motivo alguno). "I Want You"aporta una sutileza y un capital emocional casi pop, y "Just Like A Woman"es uno de los más certeros mensajes de Dylan hacia el universo femenino, dominante en toda su obra.
"Blonde On Blonde" es también una pieza importante en la orografía dylaniana por motivos logísticos, ya que marca el fin de la primera etapa de la carrera de su autor. El 29 de julio de 1966, un accidente de motocicleta le quita de circulación en un momento en que le conviene romper con la presión que genera ya su personaje (la especulación estará servida: ¿tan grave fue la caída?). Dylan iniciará entonces su período más familiar junto a Sara Lownds, mientras graba con The Band en la finca Big Pink, sin fines inmediatos, las sesiones posteriormente aireadas en "The Basement Tapes" (1975). Pero no lanzará otro disco hasta dos años después -"John Wesley Harding" (1968)-, no volverá a realizar una gira hasta su reunión con The Band en 1974 y su siguiente obra maestra no llegará hasta "Blood On The Tracks"(1975).

 JORDI BIANCIOTTO

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