martes, 27 de noviembre de 2012

PHIL SPECTOR "BACK TO MONO (1958-1969)" 1991 PHIL SPECTOR





Digámoslo en forma de titular; joven productor millonario, raquítico y excéntrico define el sonido del melodrama adolescente, singles que estallan en corazones jóvenes, ansiosos por encontrar en sus surcos el nombre de sus anhelos y esperanzas, reales o imaginarlas, fruto del aburrimiento o de la desesperación; sentimientos desbordantes prefabricados por compositores profesionales y servidos con la producción de un joven catalizador genial del pop. Las sensaciones que evoca "Back To Mono (1958-1969)" son el mejor testimonio, el más emocionante, de un lugar y una época, Estados Unidos a principios de los años sesenta. Aunque el CD no sea el mejor formato para recoger una producción pensada para el impacto de los discos de 45 rpm, ésta es la mejor colección disponible (existe también una serie de nueve LPs que abarca un período más amplio de su trayectoria) para introducirse no sólo en el mundo de Phil Spector sino también en el panorama deslumbrante del sonido de los grupos de chicas, los compositores del Brill Building y las listas de éxitos norteamericanas antes de la invasión británica.

A lo largo de tres CDs, "Back To Mono (1958-1969)" repasa la trayectoria de Spector, desde sus inicios con THE TEDDY BEARS (abre la caja el clásico absoluto "To Know Him Is To Love Him", dedicado a su padre, que se suicidó en su infancia) hasta sus últimas producciones después del cierre de su sello Philles y el fin de su reinado en las listas. La caja se completa con un cuarto CD, "A Christmas Gift For You From Phil Spector" (publicado como LP en 1963), un disco de villancicos a cargo de las estrellas de la factoría Spector. Aunque las notas del libreto saben a poco (sobra lujo en la presentación de las letras de las canciones y falta información), la caja refleja la heterogénea obra magna de Phil Spector hasta 1969, desde el doo wop hasta sus pinitos con el soul e incluso el folk-rock. En el epicentro se sitúan las canciones de THE CRYSTALS y THE RONETTES, climax del sonido de los grupos de chicas (fueron las mejores, junto a The Shangri-Las), sin el que no hubieran existido ni el falsete de The Beach Boys ni las armonías de The Beatles.
¿Y cómo se hubieran enamorado los y las adolescentes sin el "muro de sonido" de Phil Spector, una acumulación apabullante de instrumentos, grandes secciones rítmicas, orquestas enteras arregladas por el genial Jack Nitzsche y con músicos como Sonny Bono o Glen Campbell? Un eco atronador que deja sin respiración y sin respuesta, y todo expresado a través del mono, evitando la dispersión del sonido de las mezclas estéreo: el efecto es de intensidad máxima, peligrosa, casi autodestructiva. El muro del sonido llega a cotas de clasicismo con "Be My Baby"o "Baby l Love You" de The Ronettes y se desborda con la pasión contenida de "You've Lost That Lovin' Feelin'"de THE RIGHTEOUS BROTHERS y el huracán de IKE & TINA TURNER "River Deep-Mountain High".
Por su concepción de la producción, innovadora e indudablemente moderna, que acentúa e incluso transforma radicalmente una canción, Phil Spector es un hombre de la trastienda con una proyección mítica equivalente a un intérprete de rock, acrecentada por su dudosa reputación (se cuenta que torturaba psicológicamente a su mujer, la adolescente Ronnie que electriza con su voz los himnos pasionales de The Ronettes). Su halo de genio enigmático y loco tras unas eternas gafas de sol es tan deslumbrante que a veces se olvida dispensar un reconocimiento imprescindible a quienes trabajaron con él, a los compositores y a las voces de sus pequeñas sinfonías para adolescentes (la ubicua Darlene Love, apoyo del sonido Spector, o la cruda voz adolescente de Ronnie). Su toque no hubiera sido explosivo sin el talento para la sencillez de compositores del Brill Building como Barry Mann y Cynthia Weil, Gerry Goffin y Carole King y, sobre todo, Ellie Greenwich y Jeff Barry, una de las parejas compositivas fundamentales del pop de la época y muchas veces despreciada por su asociación a las piezas más ingenuas y emblemáticas de la época (de "Then He Kissed Me" a "Be My Baby").
Ésta es una colección de momentos difícilmente olvidables en su simplicidad: la introducción hablada de "He's Sure The Boy I Love", el alboroto de "Not Too Young To Get Married"... La inocencia plasmada en cuatro tópicos, la excitación del amor a primera vista, la espera, el amor prohibido por unos padres incomprensivos, el matrimonio como la consolidación definitiva del amor... Son canciones que parten de una fórmula, la ilusión de la inocencia, y consiguen crear una impresión de autenticidad; rhythm'n'blues compuesto por blancos, manipulado (como decía Barbara Alston, miembro de The Crystals, a propósito de "He's A Rebel", la letra no encajaba en absoluto con la perspectiva negra) y cantado con una pasión adolescente por grupos de chicas negras, a voz en cuello. Tópicos del imaginario colectivo que son tan parte de nosotros como el escepticismo no exento de esperanza con que los miramos y la nostalgia amable del momento en que casi nos las creímos.

LAURA SALES

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