sábado, 21 de diciembre de 2013

El sueño de un país que no para de cantar


Sigo siendo, el documental de Javier Corcuera, saca a la luz todas las músicas de Perú

Por Rocío García

EL RECUERDO DE AMADOR está todavía muy presente. "Cuando zapateaba Amador, la tierra temblaba, amigo", cuenta un vecino de Ayacucho, ante la visita de Máximo Damián, sombrero de fieltro marrón, atadillo de cuadros blancos y rojos, violín y maletón sin ruedas, que desciende de una furgoneta azul tras un largo viaje desde Lima. Damián recorrerá con jóvenes danzantes de la zona un camino de polvo y tierra hasta el cementerio donde yacen los restos del gran Amador. Casi un niño, Damián salió de Ayacucho a Lima y ahora, con 73 años, vuelve a la tierra donde nació con el instrumento de sus sueños bajo el brazo, ese que su padre, también violinista, se negaba a enseñarle y que él aprendió a escondidas.

 
Son muchos los músicos, violinistas, arpistas, cantantes, zapateadores, danzantes o cajoneros, que han vuelto a sus lugares de origen de la mano del realizador peruano Javier Corcuera para cantar el Perú, en un viaje a través del tiempo y también, del agua. Sigo siendo, título del documental que estos días se puede ver en la Casa de América de Madrid, y que se estrenó en el último Festival de Cine de San Sebastián, es la historia de muchos retornos, de todos aquellos músicos que vuelven a sus tierras, a las casas en las que compusieron sus primeras melodías, como el violinista Andrés Chimango Lares, que entra sobrecogido a la humilde vivienda en Cabanas, don-de creció, huérfano, con su abuela. "Yo sería muy feliz aquí si estuviera mi madre. La haría bailar y cantar", casi susurra Chimango, mientras abre unas viejas maletas, atadas con cuerda de esparto, donde se conservan todavía su primer "ponchito", sus "escarpines" y también discos de los Panchos y los cuadernos de castigo de la escuela, donde le hacían escribir quinientas veces: "Debo cumplir con la tarea que el profesor me dice".

De alguna manera, este viaje a las raíces populares del Perú ha sido un viaje de a dos, el que ha realizado Javier Corcuera, el realizador de La espalda del mundo, Invierno en Bagdad o Invisibles, con todos y cada uno de los protagonistas, más de 20, de este documental, cuyo tema conductor es el agua, el agua como fuente de vida. La misma vida que ofrecen los músicos con sus instrumentos o su cuerpo. Es el retrato del país más oculto, alejado de la oficialidad, todos esos mundos que pueblan el país andino.
 


La cantante y compositora Sara Van, en una imagen sacada del documental Sigo siendo.

"Es un viaje a la semilla, a la identidad, a esa mezcla de músicas populares del Perú, con la intención de llevar a la pantalla todas esas naciones, todos esos mundos que tiene el Perú", explica Corcuera, que resalta el valor del título del documental. "Sigo siendo se refiere a un saludo en quechua, Kachkaniraqmi, que se dan los amigos cuando vuelven a encontrarse. Es una expresión que significa aquí estoy, sigo existiendo, aún estamos aquí".

En el filme aparecen tanto músicos consagrados, como Susana Baca, junto a otros desconocidos o absolutamente anónimos. "Un país que canta es un país que todavía tiene sueños", defiende Corcuera. "Pienso que el Perú es un sueño posible, es un país en construcción, en cambio permanente. Es un lugar complejo, con una pobreza muy grande, en el que todavía no se han hecho las transformaciones profundas necesarias. En este sentido, hemos querido que Sigo siendo sea no solo una mirada atrás, sino también un retrato del presente y del futuro".

Años de investigación, de búsqueda de los músicos más representativos de cada lugar, cada lengua, cada instrumento. "Es un filme que requería respetar un proceso lento y complicado. Desde la investigación inicial hasta el final han pasado más de cuatro años, excluyendo el año de montaje. Es un tipo de proyectos en los que el tiempo juega mucho a su favor. Son procesos que cuanto más tranquilamente los puedas hacer más cosas aparecen".

Gran conocedor y pionero del documental en español, Corcuera, que divide su tiempo entre España y Perú, resalta que la clave de este género está en la paciencia y la búsqueda sin prisas. "No siempre lo que buscas lo encuentras rápido, por eso creo que no es buena idea hacer documentales de manera precipitada. Las maneras de construir el relato tienen que ir apareciendo poco a poco, por eso siempre el tiempo juega a tu favor". •

El Pais Babelia 14.12.13

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