Reivindicación de la Guitarra
José Miguel Moreno dirige en Glossa una colección dedicada al instrumento.
LUIS GAGO
Aún es fácil recordar los tiempos en los que el repertorio español para guitarra se tocaba indefectiblemente con el mismo tipo de instrumento y en versiones que apenas diferenciaban estéticamente una pieza del siglo XVI de otra del XIX. Instrumentistas de renombre mundial como Andrés Segovia o Narciso Yepes hicieron mucho por popularizar la guitarra, pero tras su muerte quedaba aún pendiente el mostrar la variedad de un repertorio amplísimo y de enorme calidad valiéndose no del instrumento en su conformación actual, sino de los muy diferentes tipos de guitarras (renacentista, barroca, clásica, romántica...) que se han construido en nuestro país a lo largo de los últimos cuatro siglos.
Éste es precisamente el objetivo principal de la colección La guitarra española, cuyos primeros cincovolúmenes acaba de lanzar al mercado, con una exquisita presentación, el sello Glossa. Su fundador y alma máter, José Miguel Moreno, es a su vez el intérprete de todas las grabaciones, bien en solitario o secundado por otros músicos españoles. "Igual que hay una gran distancia entre la gramática y la declamación, hay una infinitamente mayor entre la música y la interpretación", Moreno cita esta frase de François Couperin para recordar lo importante que es asomarse a la estética de cada momento para así hacer justicia, por ejemplo, "al repertorio barroco español, que es muy bueno y muy desconocido", afirma, "y es una lástima comprobar con cuanta frecuencia se cae en tópicos que carecen de toda justificación histórica".
Investigar es una constante en la trayectoria profesional del guitarrista madrileño. Son él mismo y su esposa, Lourdes Uncilla, quienes construyen los instrumentos que Moreno utiliza en sus conciertos y grabaciones a partir de la información que ofrecen tanto los ejemplares históricos conservados como los documentos escritos. Por.so, la colección permitirá hacerse con interpretaciones realizadas 'con instrumentos de época en un repertorio que abarca desde el Renacimiento hasta principios del silo Aunque la elección va -micho más allá del mero instrumento: "Los diapasones de época, el tipo de cuerda, la tensión... Tolo esto condiciona enormemente a interpretación", concluye.
En los dos primeros volúmenes, Moreno propone un amplio recorrido cronológico en solitarioque se inicia con uno de los tesoros de nuestro legado musical: las piezas para vihuela del siglo XVI. "La vihuela es un instrumento mágico, del que se conservan en todo el mundo sólo tres o cuatro ejemplares de dudosa autenticidad. Se trata de un instrumento autóctono con una gran importancia en el Renacimiento español y su música se encuentra compilada en varios libros maravillosos", sentencia Moreno. La vihuela reaparece en el tercer volumen, titulado Claros y frescos ríos, que contiene canciones y piezas instrumentales del Renacimiento español y cuenta con el concurso vocal de un valor al alza, la soprano Nuria Rial.
En el cuarto volumen, Moreno graba por primera vez junto a su hermano Emilio, primer violín de La Real Cámara, y ambos rinden homenaje a su padre, el violinista Emilio Moreno de Haro, miembro en su día del Cuarteto Clásico. Esta agrupación realizó con Narciso Yepes la que fue probablemente la primera grabación mundial de dos Quintetos con guitarra de Boccherini, el gran compositor italiano afincado en Madrid: "Mi padre murió muy joven, pero ya entonces mostró un gran interés por Boccherini". El popular fandango del Quinteto en re mayor no escapa tampoco al rigor histórico de Moreno, que ve en él "una música absolutamente contenida, y muchas veces se hace justo al revés". Se trata, además, de la primera grabación con una guitarra de doble cuerda, lo que modifica por completo la sonoridad del instrumento.
El quinto y, por ahora, último volumen está dedicado a Gaspar Sanz y despierta en Moreno un gesto de total aprobación, ya que se declara "absolutamente contento" del resultado final, que ha requerido un estudio largo y muy riguroso de tempi, acentuaciones, danzas, contexto histórico o los propios preceptos armónicos de Sanz para dar con la personalidad de cada pieza y eliminar "errores habituales en todas las versiones".
El Pais, 13 de enero de 2001
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