viernes, 17 de febrero de 2012

Reivindicación de la Guitarra


José Miguel Moreno dirige en Glossa una colección dedicada al instrumento.
LUIS GAGO


Aún es fácil recordar los tiem­pos en los que el repertorio español para guitarra se to­caba indefectiblemente con el mismo tipo de instrumento y en versiones que apenas dife­renciaban estéticamente una pieza del siglo XVI de otra del XIX. Ins­trumentistas de renombre mundial como Andrés Segovia o Narciso Yepes hicieron mucho por popula­rizar la guitarra, pero tras su muer­te quedaba aún pendiente el mos­trar la variedad de un repertorio amplísimo y de enorme calidad va­liéndose no del instrumento en su conformación actual, sino de los muy diferentes tipos de guitarras (renacentista, barroca, clásica, ro­mántica...) que se han construido en nuestro país a lo largo de los últimos cuatro siglos.
Éste es precisamente el objetivo principal de la colección La guita­rra española, cuyos primeros cincovolúmenes acaba de lanzar al mer­cado, con una exquisita presenta­ción, el sello Glossa. Su fundador y alma máter, José Miguel More­no, es a su vez el intérprete de to­das las grabaciones, bien en solita­rio o secundado por otros músicos españoles. "Igual que hay una gran distancia entre la gramática y la declamación, hay una infinitamen­te mayor entre la música y la inter­pretación", Moreno cita esta frase de François Couperin para recor­dar lo importante que es asomarse a la estética de cada momento para así hacer justicia, por ejem­plo, "al repertorio barroco espa­ñol, que es muy bueno y muy des­conocido", afirma, "y es una lásti­ma comprobar con cuanta frecuen­cia se cae en tópicos que carecen de toda justificación histórica".
Investigar es una constante en la trayectoria profesional del guita­rrista madrileño. Son él mismo y su esposa, Lourdes Uncilla, quie­nes construyen los instrumentos que Moreno utiliza en sus concier­tos y grabaciones a partir de la información que ofrecen tanto los ejemplares históricos conservados como los documentos escritos. Por.so, la colección permitirá hacerse con interpretaciones realizadas 'con instrumentos de época en un repertorio que abarca desde el Re­nacimiento hasta principios del si­lo Aunque la elección va -micho más allá del mero instru­mento: "Los diapasones de época, el tipo de cuerda, la tensión... To­lo esto condiciona enormemente a interpretación", concluye.
En los dos primeros volúmenes, Moreno propone un amplio recorrido cronológico en solitarioque se inicia con uno de los tesoros de nuestro legado musical: las pie­zas para vihuela del siglo XVI. "La vihuela es un instrumento má­gico, del que se conservan en todo el mundo sólo tres o cuatro ejem­plares de dudosa autenticidad. Se trata de un instrumento autóctono con una gran importancia en el Renacimiento español y su música se encuentra compilada en varios libros maravillosos", sentencia Mo­reno. La vihuela reaparece en el tercer volumen, titulado Claros y frescos ríos, que contiene cancio­nes y piezas instrumentales del Re­nacimiento español y cuenta con el concurso vocal de un valor al alza, la soprano Nuria Rial.
En el cuarto volumen, Moreno graba por primera vez junto a su hermano Emilio, primer violín de La Real Cámara, y ambos rinden homenaje a su padre, el violinista Emilio Moreno de Haro, miembro en su día del Cuarteto Clásico. Es­ta agrupación realizó con Narciso Yepes la que fue probablemente la primera grabación mundial de dos Quintetos con guitarra de Boccheri­ni, el gran compositor italiano afin­cado en Madrid: "Mi padre murió muy joven, pero ya entonces mos­tró un gran interés por Boccheri­ni". El popular fandango del Quin­teto en re mayor no escapa tampo­co al rigor histórico de Moreno, que ve en él "una música absoluta­mente contenida, y muchas veces se hace justo al revés". Se trata, además, de la primera grabación con una guitarra de doble cuerda, lo que modifica por completo la sonoridad del instrumento.
El quinto y, por ahora, último volumen está dedicado a Gaspar Sanz y despierta en Moreno un gesto de total aprobación, ya que se declara "absolutamente conten­to" del resultado final, que ha re­querido un estudio largo y muy riguroso de tempi, acentuaciones, danzas, contexto histórico o los propios preceptos armónicos de Sanz para dar con la personalidad de cada pieza y eliminar "errores habituales en todas las versiones".


El Pais, 13 de enero de 2001

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