Billie Holiday “Lady in satin” 1958 Columbia
La Billie Holiday de los años cincuenta, a pesar de la fama, no era, ni de lejos, la de los días felices. Su voz había perdido elasticidad, volumen y timbre. Pero mientras sus cualidades vocales desaparecían, crecía su magnetismo, que alcanzaba gigantescas proporciones en “Lady in satin”, el disco más controvertido de su carrera. Para algunos, es un trabajo sin el menor mérito artístico, y disfrutarlo es casi
En “Lady in satin” Billie Holiday quiso un nuevo sonido, de satén, que la ayudara a sacar lo mejor de su maltrecha voz. Fue decisión suya grabar un disco con cuerdas en lugar de una orquesta de jazz por primera vez en su carrera y ella misma eligió al hombre adecuado, un joven y casi desconocido arreglista llamado Ray Ellis. Quiso también que las canciones de “Lady in satin” fuesen todas novedades en su ya amplio repertorio, y eligió un puñado de versiones que jamás había grabado. “For Haeven´s sake” –casualmente escrita por una de las sopranos del coro que participó en el disco, Elise Bretton-, “The end of a love affair” y, sobre todo, “I´m a fool to want you” han hecho crecer la leyenda de Billie Holiday tanto como su célebre “God bless the child”, un canto a la mujer autosuficiente que ella misma escribió muchos años antes pensando en su madre.
Lady Day canta los versos ajenos con tanto dolor
Ellis confesó años después que le decepcionó la voz de Holiday durante la grabación, pero que tras volverla a escuchar cayó rendido ante su grandeza,
Roger Roca
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