viernes, 26 de diciembre de 2014

TRICKY "MAXINQUAYE" 1895 FOURTH & BROADWAY





Adrián Thaws, Tricky, no tenía miedo a nada. Y al mismo tiempo lo temía todo: "¿Cómo puedo sentirme seguro/en un mundo... que cambia continuamente?". Paradoja tras paradoja, "Maxinquaye" es una obra erigida esencialmente sobre la contradicción, el encuentro de extremos en el seno de una producción que trasladaba Bristol a otro nivel: una tierra extraña, bastarda, del todo desconocida, donde el hip hop y el punk, el Industrialismo y el pop perfecto -ojo al sample de "Moonchild" (Shakespeare Sister) en "Overcome"- coagulaban en una pasta húmeda de claroscuro y misterio. Un proyecto que no creó escuela porque, por fortuna, todavía hay algunas cosas que no pueden falsificarse. No sería posible reproducir de forma artesana algo tan profundo y salvaje, esa síntesis orgánica, natural e Imprevisible de opuestos.

Hay momentos de mirada cruda y a la encía, como "You Don't" o el reto de un "Black Steel" (Public Enemy) llevado al rock de combate, pero el meollo de esta obra maestra se sitúa en el insólito paisaje de temas como "Hell is Round The Corner"-usando el mismo sample de Isaac Hayes que Portishead en "Glory Box"- o el single "Aftermath", ante los que sólo cabe la inquietud de no saber qué pasará, si es mejor correr o rendirse. También la esquizoide "Strugglin'"("Dimeporqué estoy aquí... /Me tachan de chalado... /Creo que soy más normal que la mayoría") y "Suffocated Love"se sumergen en la unión absorbente de suciedad (fango) y candidez (terciopelo), de violencia (Thaws escupe) y caricia (Martina susurra), de cariño y distancia: "La cuido pero nunca nos besamos".

El quorum filosófico de "Maxinquaye" -cuyo título contrae el nombre de Maxine Quaye, la madre que Tricky perdió a los 4 años- parece la toma de conciencia de que, a pesar de algunos ratos de plétora, todos estamos solos y confusos en nuestras comunes soledad y confusión.

JUAN MANUEL FREIRÉ

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