viernes, 13 de mayo de 2011

James Brown "Sex Machine" 1970 King




En Otoño de 1969, James Brown volvió a su hogar de Augusta y grabó un concierto con la intención de editar el disco "James Brown at home with his bad self". Cuando poco después su banda lo dejó, el proyecto quedó aparcado. Pero por algo Brown es conocido como "el hombre más trabajador del show business": en 1970 ya había reunido un nuevo grupo, los J.B.´s, y abría su etapa más funk. El doble álbum "Sex Machine" documenta esa evolución: por una parte, incluye el concierto grabado en 1969 con The James Brown Band; y por otra, varios temas en estudio con los J.J.´s, con aplausos enlatados. Ni la diferencia de bandas (la primera con Fred Wesley, Maceo Parker y Pee Wee Ellis; y la posterior con Bobby Byrd y los hermanos Catfish y Bootsy Collins) no la sensación de falso directo empañan el poderio de Brown: "Sex Machine" nos ofrece a la bestia en estado puro.
De forma especial en los temas con los J.B.´s, se aprecia por qué Brown es uno de los padres de la música negra moderna: riffs de guitarra repetitivos, una demoledora sección rítmica, metales taladradores como loops o samples, voces rapeadas... aquí está todo: el funk termonuclear de Defunkt, la ingeniería sonora de Public Enemy, la chulería del rap, la sexualidad de Prince... Y en los cortes en directo el Padrino del Soul alterna los trallazos de funk con su pasado de rhythm´n´blues para dar rienda suelta a todo su histrionismo, la sublimación del canto shouter, en epítomes del melodrama como "It´s a man´s man´s man´s world" y "Please, please, please".
Como en el legendario "Live at the Apollo" (1963) y en el notable "Love Power Peace. Live at the Olympia, Paris, 1971" (1992), Brown demuestra en el álbum "Sex Machine" que es algo más que el autor de canciones utilizadas en spots por creativos sin escrúpulos. Más allá del "geropa", aquí está el inicio del funk para caer en el éxtasis, la expresión del sexo con el fervor de una ceremonia religiosa.
Miquel Botella

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