lunes, 23 de mayo de 2011

LOUIS ARMSTRONG "Hot fives and sevens" 1999JSP




"¿Louis Armstrong?", "En la sección de jazz". Este escueto cruce de palabras entre un neófito comprador y el encargado de una tienda de discos puede parecer de lo más evidente, pero ya no lo resulta tanto escuchando "Hot Fives And Sevens", el cuádruple CD que recopila las grabaciones efectuadas por Louis Armstrong (1901-1971) entre noviembre de 1925 y abril de 1930 (período también incluido en "The Complete Hot Five And Hot Seven Recordings". editado por Legacy-Columbia en 2000). En esa segunda mitad de los bulliciosos y violentos años veinte, Armstrong se acercó a otras músicas de raíz aun más negra que el jazz, y reinventó a su modo la estética del blues. Su voz resultaría tan importante como el manejo de la trompeta.
Aunque grabados en Chicago y Nueva York, los ochenta y nueve temas aquí recopilados —varios de ellos habían aparecido en vinilo en la serie "V.S.O.P. (Very Special Old Phonography)"— son historia viva de la música de la ciudad natal de Armstrong, Nueva Orleans, por cuyas calles y garitos se escuchaban sonidos de jazz, blues, ragtime,folk, bandas de viento, cantos de las plantaciones... y música africana, criolla, francesa y española. El trompetista se había fogueado actuando en las barcazas fluviales que surcaban el Mississippi y en diversos locales nocturnos. Después pulió su estilo en la Creole Jazz Band del trompetista Joe King Oliver (en el período 1922-1924) y en la orquesta de Fletcher Henderson (1924-1925), hasta dar el salto definitivo con sus Hot Five. El brillo de Armstrong, que entonces tocaba la corneta, ha dejado en un segundo término al resto de integrantes de esta banda legendaria, que incluía a otros dos ilustres de la escena de Nueva Orleans, Johnny Dodds (clarinete) y Edward "Kid" Ory (trombón), además de a Johnny St. Cyr (esencial en su trabajo con el banjo) y a la esposa del trompetista, Lil Armstrong (de soltera Lillian Harden), pianista a quien había conocido en la Creole Jazz Band.
El sonido de Hot Five, crepitante y puro, festivo y melancólico, alberga piezas misteriosas y anacaradas como "The King Of The Zulus" junto a clásicos del estilo Nueva Orleans ("Muskrat Ramble') y uno de esos prodigiosos temas que la voz de Armstrong mascaba con delectación, "Lonesome Blues". No es el único título blues del recopilatorio. Hasta dieciséis canciones ostentan el término: "Gut Bucket Blues", "Wild Man Blues"(elegido por Barbara Kopple para titular su documental sobre la gira jazzística de Woody Allen), "Patato Head Blues"(otro clásico del repertorio Armstrong), "Melancholy Blues", "Se voy Blues" (con la guitarra de Lonnie Johnson, notable bluesman de Nueva Orleans), "West End Blues", "Dallas Blues", “St. Louis Blues"...
Con la incorporación de nuevos músicos y la diversidad en los arreglos, Armstrong elaboró más su sonido y supo compartir el liderato de la trompeta, en solos breves de gran riqueza cromática, con orquestaciones de todo tipo. El grupo se transformó ocasionalmente en Hot Seven con la llegada del batería Warren "Baby" Dodds", hermano de Johnny Dodds, y de Pete Briggs, que aportó un concepto rítmico distinto con la tuba. Armstrong exploró todo tipo de formaciones e instrumentaciones, y cada CD de "Hot Fines And Sevens" da buena cuenta de ello. La participación del pianista Earl Hines, considerado uno de los pocos músicos de la época que podía rivalizar en técnica solista con Armstrong, resultaría fundamental; primero en Sunsent Stompers, grupo que actuó regularmente en un club propiedad de Al Capone, Sunset Café, y después en Louis Armstrong And His Orchestra y en Savoy Ballroom Five. La tristísima "Basin Street Blues", del tercer CD, lleva su sello conjunto. Otro duelo vibrante en la despedida del cuádruple, en el punto y final a esta página enorme de la historia del jazz (y del blues): "A Rockin' Ghair", un espectacular mano a mano entre Louis Armstrong y Hoagy Carmichael.
QUIM CASAS

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