jueves, 19 de mayo de 2011

PJ Harvey “Rid of Me” 1993 Island


El segundo disco de Polly Jean Harvey instaló a su autora en el star system alternativo de mediados de los noventa gracias a un menú inhóspito: monólogos sinuosos con abundantes referencias sexuales, una intensidad interpretativa heredada del blues y un acabado de alta tensión firmado por Steve Albini, el hombre que puso salfumán en el “Surfer Rosa” (1988) de Pixies y que pocos meses después redimiría a los Nirvana en “In Utero” (1993).

Con apenas 23 años, PJ Harvey no titubea. Ha dejado atrás su primer grupo de relieve, Automatic Dlamini, aunque posteriormente repescará a uno de sus integrantes, John Parish. Y tras su debut individual, “Dry” (1992), consolida un robusto formato de trío con Robert Ellis (batería, percusiones) y Steve Vaughan (bajo). “Rid of me” (“Liberada de mi”) la muestra en busca de emociones crudas, instigando arreglos angulosos para relatos ricos en metáforas. “50ft Queenie” dialoga con referencias del cine B (“Attack of the 50 foot woman”, de Nathan Juran), “Me-Jane” evoca la violencia del sexo y “Snake” sigue ahí a través de alusiones a Adán y las tentaciones del paraíso, un campo, el de la relectura bíblica, donde se acerca a Nick Cave (quien la acabará reclamando para un dúo en su “Murder Ballads” de 1996). La ruda toma del “Highway 61 Revisited” de Bob Dylan lanza un guiño explícito con el pasado, y “Ecstasy” pone el epílogo enfrentando placer y dolor; un clímax que gotea sangre.

Porque “Rid of me” es un compendio de tormentas y giros oníricos que eluden todo pacto con la comodidad auditiva. Rock contemporáneo que evoca estados insalubres con la mano firme. Pero, pese a su ilustre compañía, Harvey no depende de nadie para brillar, como demostró en sus siguientes trabajos: desde el crudo y esencial “4-Track Demos” (1993), donde recuperó, entre otros hallazgos, las maquetas desnudas pre-Albini de ocho temas de “Rid of me”, hasta el majestuoso “To bring you my love” (1995).

Jordi Bianciotto

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