lunes, 18 de junio de 2012

"NUGGETS. ORIGINAL ARTYFACTS FROM THE FIRST PSYCHEDELIC ERA 1965.1968" 1972 ELEKTRA







El garage-rock surgió de una detonación cultural en la desahogada juventud norteamericana del baby boom: la beatlemanía. Ya tenían el rock'n'roll vocal y el rhythm'n'blues de su propia tradición, además del garaje de sus casas para tocar. De repente, todos querían ser como The Beatles, The Rolling Stones, The Yardbirds o The Animals. Además, gracias a las emisoras regionales de onda media un grupo recién formado podía alcanzar cierta fama a escala local, suficiente para superar a los deportistas del instituto. Esa efervescencia musical fue lo que intentó documentar el crítico y músico Lenny Kaye junto a Jac Holzman (fundador de Elektra) en el legendario recopilatorio "Nuggets": doble álbum con veintisiete canciones

Este cofre del tesoro refleja una música que se expresaba en singles grabados en poco más tiempo del que duraban. La energía y la frescura eran más importantes que la calidad de sonido (el mono era suficiente para la AM) y la espontaneidad primaba sobre la destreza musical. Eran bandas en su mayoría aficionadas, y en sus propias limitaciones residía su encanto: esa mitad de camino donde se quedaban en sus aspiraciones a sonar como sus referencias resultaba un terreno muy fructífero. Algunas tuvieron un éxito fugaz (COUNT AVE o THE CASTAWAYS), otras reunían méritos sobrados para haberlo tenido (el beat de THE REMAINS o el multicolor pop barroco de SAGITTARIUS), algunas sacaron partido a su culto tras la recopilación (THE THIRTEENTH FLOOR ELEVATORS, THE ELECTRIC PRUNES o CHOCOLATE WATCH BAND), otras demostraban que la psicodelia tuvo un origen múltiple (THE MAGIC MUSHROOM) y así muchas más. El denominador común de esta música es su sonido eléctrico y salpicante, saturado de fuzz, que Lenny Kaye en sus anotaciones describía como punk-rock, si bien acabó prevaleciendo el término garage-rock.

Su edición y lenta difusión como objeto de culto en tiempos menos fértiles propagó un germen de subversión bajo una industria que para entonces ya había puesto coto a aquella subcultura, extendiendo sus fauces apoyada en la programación centralizada de las emisoras de FM, que daban importancia a conceptos como profesionalidad, marketing y promoción. El punk de los setenta y su reconquista de la autogestión musical y empresarial deben mucho a la imprescindible sugerencia de tiempos más sencillos encerrada en esta caja de Pandora.

El álbum original fue expandido en un estuche editado por Rhino en 1998: cuatro CDs con ciento veinticuatro canciones.

Guillermo Z del Aguila

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