viernes, 7 de febrero de 2014

Sonido absoluto

Javier Perianes casa la revolución pianística y los« paralelismos de Chopin y Debussy en Les sons et les parfums

Por Jesús Ruiz Mantilla
CHOPIN FUE AMIGO de Delacroix; Debussy puso música y color a la ruptura que llevaban a cabo Mo-net, Cezanne, Pisarro... El primero se encargó de enterrar el canon entre flores —decía de él Schumann—; quien después siguió sus atrevidos e iconoclastas preceptos quizás haya sido el compositor francés más moderno de su propia épo¬ca y la venidera, llevando de la mano la música europea con elegancia, sugerencia y embrujo hacia los inciertos caminos del siglo XX. Ese tronco revolucionario que labran ambos en un instrumento central, como es el piano,sobre todo con sus Preludios respectivos, lo ha aunado el español Javier Perianes en un disco que desprende gusto e intención y que ha titulado Les sons et les parfums (harmonia mundi).

"Chopin es un precursor y Debussy su consecuencia directa", asegura el pianista andaluz. Para Perianes (Nerva, 1978), el hecho de grabar por grabar no va con él. Prefiere descubrir o redescubrir, como ya hizo con sus discos sobre Blasco de Nebra o Mompou, entre otros, y jugar a tejer relaciones que también le sirven para desmenuzar la música en sus recitales por todo el mundo. "Los guiños son constantes y sus paralelismos también. Los dos centran su obra en el piano, son buenos intérpretes, se nota hasta desde un punto de vista topográfico. Cuando las manos de un pianista se deslizan por el teclado con lo que ellos escribieron, créeme que se nota".
Debussy no ocultaba su veneración por quien exploró infinitas posibilidades en el instrumento rey décadas antes que él: "Amé a Chopin desde que comencé a amar la música, ¡y he seguido!", le dijo al crítico Rene Doire. Mantuvo una relación intensa que le conectó casi físicamente con él a través de Antoniette Mauté, que decía haber sido alumna de Chopin. Fue ella quien le preparó para el ingreso en el Conservatorio de París cuando el futuro creador de Peleas y Melisande contaba 10 años. No tardó en lamentarse de su muerte y que se llevara a la tumba tantos detalles que no pudieron comentar a fondo.

"Hay un maridaje extraordinario entre ambos, aunque no en los caracteres. Chopin tendía a la melancolía, Debussy, más bien al contrario. Ambos, eso sí, coincidían en la exquisitez", comenta Perianes. De detalles técnicos, por ejemplo: "En el uso del pedal para Chopin, que confiere a la música un modo cantabile, con un virtuosismo exento de artificio, algo que influye en Debussy". Amaneras de entender la necesidad de romper con lo anterior de forma elegante y muy esencial. "Ambos persiguen siempre la pureza y eso quizás es lo más admirable".

Fueron hijos de su propio tiempo, pero quisieron y se empeñaron ambiciosamente en trascenderlo. Uno desde sus exhibiciones en los salones parisienses entregados al desgarro romántico y con piques ante el exhibicionismo de Liszt; el otro, haciendo migas bohemias con un precursor del minimalismo como Erik Satie, inspirados quizás por la absenta en mitad del humo del tabaco que se respiraba en el Chat Noir.


"Hay un maridaje extraordinario entre Chopin y Debussy", dice Perianes. Foto: Bernardo Pérez

Hoy, a juzgar por la media en que ambos aparecen en los programas de recitales de piano en cualquier auditorio, puede decirse que lo han logrado con creces. Son dos de los compositores más reivindicados por los pianistas de hoy. "Buscan un sonido absoluto, pero cada uno el suyo". Aunque ambos están muy influidos por la ópera, como es el caso de la fascinación belliniana de Chopin o el empeño destructor de la preponderancia wagneriana en el caso de Debussy, reivindicando que además de aquel nuevo sistema solar venerado en toda Europa podían convivir otras galaxias en el universo musical.

Perianes no solo logra que dicha conexión funcione en esta grabación y quede patente con nobleza, profundidad y audacia, sino que se ha dedicado a mostrarla en público con un notable éxito el pasado año. "Todo esto responde a una manera de enfocar el repertorio, creo que debemos ser consecuentes y elaborar nuestros  discursos musicales con delicadeza y hondura, ir un poco más allá de. la pieza por la pieza, establecer conexiones sugerentes".

Puede que esa sea una de las claves de su éxito internacional. Perianes presume de una agenda apretada con citas importantes hasta 2016. Desde que debutara hace dos años en Lucerna, con Zubin Mehta. o consiguiera el Premio Nacional de Música, no ha decaído el brillo y la seriedad de este andaluz avispado y de enorme talento.

Pero también triunfa en la escalera de su casa: "Quizás sea el único pianista al que algún vecino le ha tocado en la puerta para felicitarle y animarle con que siga ensayando". Por no decir una tertulia vespertina que le aplaude por la ventana del patio. Con Perianes en la escalera, para qué quieres molestarte en enchufar un CD. "Están encantados conmigo, hay uno que me cuestionaba él tempo del primer concierto de Brahms, pero ya se fue. Un poquito lento, ¿no?, me decía". •

El Pais Babelia 25.01.14


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