GRAM PARSONS "GP" 1973 REPRISE




Como una oca salvaje, vagó sin saber a qué ni a dónde pertenecer. Estaba seguro, eso sí, de que quería pintar su puerta de un color diferente. Su biografía parece sacada de una obra de Tennessee Williams: fue el hijo rebelde de una estirpe acaudalada de Florida ahogada en drogas y decadencia. Antes de "GP", Gram Parsons (1946-1973) había alzado ya la voz en The International Submarine Band, The Byrds y The Flying Burrito Brothers, entre 1968 y 1970. En esas formaciones se redactó la partida de nacimiento del country-rock. Parsons encontró en ese híbrido el molde para cantar su soul blanco. Pensó entonces en cabalgar sus propios The Rolling Stones y dirigirse hacia aquel "Country And Western Meets Rhythm And Blues" con que Ray Charles tituló en 1965 uno de sus álbumes.

Desde 1968 hasta 1972, Parsons y Keith Richards compartieron mala vida y buenas canciones. Durante la mezcla de "Let it Bleed" y la grabación de "Exile On Main Street" de los Stones, forjaron una amistad peligrosa. Aquel contacto con el rock de limusina y cenagal hundió a Parsons en miseria física, pero maceró su sentido musical. La gravedad ética del country le sirvió de contrapeso y salió a flote con un sueño: el primer LP a su nombre lo grabaría con músicos que estaban con Elvis Presley en Las Vegas y con el ángel de Emmylou Harris, y sería producido por su ídolo, la estrella country Merle Haggard. Éste le dijo que no. Los músicos de Eivis los pagó Parsons de su bolsillo, al negarse la compañía a contratarlos. Que viera la discográfica que un hippy confederado y rico se costeaba sus caprichos. Fuesen heroína o la guitarra de James Burton.

En "GP" hay once temas, cuatro de ellos versiones que parecen del autor de los otros siete debido a ese escalofrío vocal y a una franqueza instrumental que convierten lo que tocan en sensible autorretrato de inadaptado: "Te amé cada día y ahora me voy/Puedo ver la pena en tus ojos /Espero que sepas mucho más que en lo que estás creyendo, sólo para que el sol no te hiera cuando llores"; "Deseo que algún día pueda encontrar una forma de escapar de mi cerebro". La garganta de Parsons, rota por la bebida, cruje, hierve junto a Emmylou y derrite las baladas "A Song For You", "She" y "The New Soft Shoe". En su ebullición, esta esplendorosa cosmic american music remozó estándares -los cincuenta fermentan en "Still Feeling Blue", "Hiss The Chlldren" y "How Much I've Lied"-, polinizó géneros para definir el country contemporáneo -el bluesfunkoide de "Big Mouth Blues" -y cogió el sombrero con una nueva dignidad - "That's All It Took": envidia del Presley goes Nashville-. Se abría una puerta de color diferente.
 MIGUEL MARTÍNEZ



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