miércoles, 17 de enero de 2024

El disco maldito de R.E.M

R.E.M.
Up (25th Anniversary Edition)
Craft/Concord/Music As Usual


Cuántos discos de éxito mayúsculo envejecen mal y cuántos fracasos estrépitos acaban siendo considerados joyas incomprendidas en su tiempo.
Up, el 11º disco de estudio de R.E.M., es de los segundos. En 1998 alienó a los fans del grupo, desconcertados al no encontrar en él los hits cristalinos de antaño, y tal vez dejó a la banda a la deriva, abocada a la disolución futura. Cuando se cumplen 25 años de su publicación, este álbum maldito aparece en edición deluxe, remasterizada y ampliada con un segundo disco inédito que incluye el concierto que el grupo grabó en 1999 para la serie Party of Five -algo no tan inhabitual por aquel tiempo, cuando The Flaming Lips tocaban en el Peach Pit de Sensación de vivir-, lo que nos ofrece una segunda oportunidad para apreciar sus virtudes.

Up fue un reflejo de la crisis existencial de R.E.M. Tras la sucesión de triunfos planetarios de Out of Time y Automatic for the People, seguidos de la incursión en un rock más sucio con Monster y en el sublime claroscuro de New Adventures in Hi-Fi, Up era un disco de reinvención. El grupo, surgido del pospunk de los ochenta, nunca aspiró a llenar espacios; fueron finisecular hacia la electrónica de grupos como U2 o Radiohead impulsó a R.E.M. -amputados de su batería Bill Berry, víctima de un aneurisma cerebral- a rodearse de cajas de ritmos y un puñado de loops, con dos productores de moda, Pat McCarthy y Nigel Godrich, a los mandos.

Puede que nunca superaran este revés. Se separaron en 2011 tras cuatro álbumes olvidables, exceptuando algún último coletazo de genio como "Imitation of Life". La recepción que mereció Up resulta comprensible: era un disco pensado para borrar pistas, casi una tabula rasa, en la que la vertiente melódica ("Daysleepeer" y "At My Most Beatiful", que parece escrita por o para Brian Wilson) se va extendiendo para dejar lugar a un pop anguloso y abstracto, contaminado por la melancolía ("The Apologist", "Sad Professor") y por una poesía marciana y abstrusa ("Diminished", "Parakeet", "Lotus" o la alucinante "Hope"). El único reproche: no poder retroceder en el tiempo para escucharlo otra vez en un discman.

Álex Vicente


El Pais. Babelia nº 1.677. Sábado 13 de enero de 2024