Pop para reír, bailar, llorar y pensar

Por Rafa Cervera En algún momento de la década de los setenta se convino que, en el campo de la música popular, el rock sería sinónimo de música transcendental, de discos y canciones importantes, relegando así el concepto de pop a la categoría de música bobalicona de usar y tirar. Nadie pareció recordar que los propios Beatles habían abierto la gran confluencia entre la melodía del pop y la fuerza del rock. Después llegaron los años ochenta y alguien decidió que la música hecha con sintetizadores jamás merecería el mismo respeto que el rock hecho con guitarra, bajo y batería. Nadie se paró a pensar en el sabor a futuro que tenían las canciones de Kraftwerk y las robóticas producciones de Giorgio Moroder. Fue justo en ese momento, cuando los dúos compuestos por un vocalista y un teclista empezaban a estar mal vistos, que Neil Tennant y Chris Lowe crearon Pet Shop Boys. Triunfaron de inmediato con "West End Girls" y por ello fueron contemplados con escepticismo; posiblemente ...