jueves, 8 de diciembre de 2016

La pequeña revolución de U2

 En 'Songs of innocence' nada se deja al azar, los homenajes y las referencias se suceden en un ejercicio de melancolía



El grupo en su concierto en Barcelona del pasado 5 de octubre. / ALBERT GARCÍA

TONICASTARNADO El disco Songs of innocence (2014) es aquel para el que U2 ha empleado más tiempo. Desde que el grupo dejó listo No Line on the horizon (2009), las ideas iban y venían, a la búsqueda de una pequeña revolución, tras una serie de discos con más músculo, pero con menos riesgo. Adoptaron una decisión en consenso: como inspiración tomaron a los Beatles y a los Rolling Stones de los sesenta; ideas claras y melodías con un patrón definido. En el 13a disco de U2 nada se deja al azar, las referencias y homenajes se suceden, es un ejercicio de pura melancolía. Para que la espera no se hiciera tan larga, ellos dejaban caer una pildora de vez en cuando en forma de aperitivo. Firmaron Ordinary love para la banda sonora de Mándela: Long walk to freedom. La canción estuvo nominada para el Oscar y ganó el Globo de Oro. No es de extrañar que Justin Chadwick eligiera al cuarteto irlandés. Bono siempre ha defendido el papel de Nelson Mándela, que buscaba la paz sin conflictos ni rencor. Invisible es otra pesquisa, era la protagonista del anuncio de la Super Bowl de 2014, y asimismo una toma de conciencia por la lucha contra el Sida.

El proceso de Songs of innocence fue complejo, la elección del productor estuvo hasta última hora en el candelero, al principio como candidatos will.i.am y David Guetta, mantener el pulso electrónico era uno de sus objetivos. Finalmente, del grueso de la grabación se encargaron cuatro productores, el mediático y solicitado Danger Mouse, Paul Epworth (productor de Adele), Ryan Tender de One Republic y Flood.

Bono lo describió como un viaje al pasado, si bien musical¬mente no tiene nada que ver con el post-punk que facturaban en los ochenta. El título del disco alude a William Blake y a sus poemas, inocencia de la juventud, la injusticia social, la pobreza y los conflictos que acarrea la religión.
The Miracle (of Joey Ramone) abre con solemnidad, de no ser por el cantante de Ramones, Bono no cantaría con ese timbre de voz. Song for someone es de las que suma más adeptos, mientras que Iris (Hold me close) tiene un destinatario único, su madre fallecida hace cuarenta años. La violencia en Dublín es el origen de la frenética Raise by wolves, cubre así una de sus obsesiones y una preocupación frecuente para la banda, mientras que This is where you can reach me now es otra señal de agradecimiento, en este caso a The Clash. Para The troubles recluían a la cantante Lykke Li y a su sensualidad, armando un conjunto sólido y dinámico.

A pesar del escepticismo, las críticas fueron en su mayoría favorables. Para presentar el disco, no utilizaron los canales habituales. Aprovecharon un acto promocional de Apple el 9 de septiembre de 2014 para publicar el álbum por sorpresa. Durante un mes y medio se pudo descargar libremente. La copia física de Songs of innocence compensaba a los compradores con una edición especial con extras. La portada, no exenta de polémica y suspicacias. En ella, Larry Mullen Jr. abraza a la altura de la cintura a su hijo. Es un tributo a las de Boy (1980) y War (1983).


El Pais


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