lunes, 15 de marzo de 2021

Flamenco: Creatividad compartida

 Por Fermín Lobaton

Se trata de evolución, de hallar discursos propios y de ese tiempo, algo por lo que los artistas del cante y del toque pelean de forma desigual. Con trayectorias muy diferenciadas, las dos disciplinas comparten, sin embargo, una similar lucha creativa. Cantaores y cantaoras se esfuerzan en romper corsés, aunque ello solo se plasme en la presentación de los repertorios y en la forma de apropiarse de la tradición, con una lectura más abierta que nunca.

El granadino Antonio Campos, con Tardo antiguo, podría ser un paradigma de ello. Otro, el jerezano Ezequiel Benítez, que con Ilus3 ha culminado una ambiciosa trilogía. Y un tercero, Israel Fernández, con una obra casi conceptual, letras propias y actuales para estilos antiguos. El toledano ha producido uno de los discos más asombrosos del año, el del nonagenario Antonio El Rubio, creador de la saga que lleva su nombre.

En la guitarra, además de innovar, resulta obligado seguir sonando flamenco. De manera singularísima lo consigue lebrijano Rycardo Moreno con su el álbum Miesencia, e igualmente lo hace Dani de Morón, aunque se salga del canon estilístico para crear o recrear. Daniel Casares, por el contrario, ha ido al tuétano en su última entrega, Guitarrísimo.

En el año del regreso del flamenco a los Grammy Latinos, un guitarrista, Antonio Rey, lo ganó con un disco de título elocuente: Flamenco sin fronteras, las que nunca ha tenido Dorantes, que ensanchó el genero con La Roda del Viento.

1.Dorantes. La Roda del Viento (Flamenco Scultura)

2. Israel Fernández. Amor (Universal)

3. Rycardo Moreno. Miesencia (Karonte)

4. Antonio Campos. Tardo antiguo (La Voz Flamenca)

5.Ezequiel Benítez. Quimeras del tiempo (Trilogía). (La Bodega/ El Flamenco Vive)



El Pais. Babelia. Nº 1.517, Sábado 19 de diciembre 2020






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