El “brit-pop” se trasviste
Blur eligió homenajear la portada de un disco glorioso, el Paraller lines de Blondie. Capitaneada por Debbie Harry, inventora de una nueva imagen para el pop (la del putón intelectual), la banda neoyorquina puso sexo a la new wave norteamericana a finales de los setenta.
Damon Albarn no se pudo resistir a emular a Debbie, pero acabó revelando que como drag queen vale más bien poco.
Su novia, la cantante de Elastica, Justine Frischman, también le dio al transformismo (¿existe alguna pareja con los papeles más cambiados que esta?), y se disfrazó de Richard Gere en Pretty woman, tal y como aparecía en la portada de la banda sonora. El papel de cenicienta de la prostitución, interpretado en el cine por Julia Roberts, correspondió al batería del grupo, Justin Welch.
La transfiguración de Jarvis Cocker fue más previsible. El líder de Pulp comparte características esenciales con su alter ego fotográfico, Elvis Costello. Ambos han escrito ácidas letras que retratan la casi siempre mísera vida del vulgo británico. Ambos han convertido sus enormes gafotas en su más identificable seña de identidad. Eso sí, hay que alabar el buen gusto de Cocker al elegir uno de los mejores álbumes de Costello y de la década de los setenta, This year´s model.
Por último, el cantante de Suede, Brett Anderson, se convirtió por un día en Sid Vicious, bajista de Sex Pistols y santo mártir del punk. La imagen corresponde a una escena de la película El gran timo del rock and roll en la que Sid dispara al público de un teatro tras interpretar My way. Anderson ha reconocido siempre a los Pistols como una de sus grandes influencias, e incluso llegó a afirmar que su elepé Never mind the bollocks era “el mejor álbum del mundo”. Texto: M.L.I.
El Pais de las Tentaciones jueves 27/viernes 28 de marzo de 1997
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