lunes, 15 de mayo de 2017

BAILE DE MÁSCARAS Por Diego A. Manrique




El tópico presenta a David Bowie como el gran camaleón del pop: desde su debut discográfico en 1964, Bowie ha manejado elegantemente los más diferentes palos musicales. Ciertamente, no existe otro artista que haya encarnado tantos papeles públicos: lo de personalidad poliédrica se queda corto en el caso de David Robert Jones. Éstas son algunas de sus encarnaciones:

EL GUAPERAS POP. A mediados de los sesenta, David supo moverse por la industria del entretenimiento británica, donde es tradición que managers maduritos tomen bajo su protección a bellos especímenes juveniles. El protector de Bowie fue Ken Pitt. A diferencia de lo habitual, nunca se dejó manejar por su enamorado, que fue desechado cuando pasó su utilidad. El único consuelo del mecenas fue publicar, muchos años después, un libro, David Bowie: the Pitt report (la primera esposa, Angie Bowie, ya ha sacado dos tomos de confesiones de dormitorio).

EL BALADISTA CONTINENTAL Hijo de su tiempo, Bowie se ha dejado arrastrar por el discurrir turbulento del rock, del hippismo al maquinismo. Pero también podría haber sobrevivido sin tocar una guitarra eléctrica: en 1969 hasta conoció los festivales mediterráneos de la canción. Sin el escudo de la ironía, interpretó en 1977 El tamborilero en compañía de Bing Crosby. Fue el primero en adaptar al inglés Comme d'habitude, el éxito de Claude Francois posteriormente inmortalizado por Frank Sinatra como My way, con letra de Paul Anka. Grabó canciones de la pareja Bertolt Brecht-Kurt Weill, en ratificación de su fervor por el Berlín de entreguerras (de su flirteo con el nazismo, mejor olvidarse: usaba demasiada cocaína).

EL DIVINO AMBIGUO: El glam rock era una estética perfecta para Bowie, que se había formado en la danza y en el mimo bajo la mirada amorosa de Lindsay Kemp. Experto en maquillajes, aterró a su discográfica estadounidense cuando se presentó en 1971 con un hermoso vestido y una melena a lo Lauren Bacall. Su gran creación fue Ziggy Stardust (1972), apoteosis de la estrella del rock: bisexual, mesiánico, suicida.

EL 'SOULMAN' BLANCO. La pasión de Bowie por la música negra tiene raíces profundas, incluso sexuales. En tiempos imperiales, David hubiera sido uno de aquellos aventureros que, protegidos por el pasaporte de Su Majestad Británica, se hacían nativos, ante la consternación del resto de los europeos. Hubiera cometido el pecado capital en la sociedad colonial: entregarse a la carne negra. En la vida real, la devoción por las mujeres de piel oscura le ha llevado a un feliz matrimonio con la modelo somalí Imán.

EL ARTISTA DE VANGUARDIA Bowie ha explotado su conocimiento de las vanguardias del siglo XX, desde William Burroughs hasta Buñuel. Sus grabaciones más ambiciosas están marcadas por la colaboración con otro explorador, el productor Brian Eno: la trilogía berlinesa de finales de los setenta y un proyecto abortado tras un disco, Outside (1995).; en el que David encarnaba siete papeles. El mundo del arte ha acogido con entusiasmo a tan glamouroso aficionado, que incluso entrevisten en revistas especializadas y es capaz de inventarse a un artista olvidado en el provocador juego de simulación.

EL ROCKERO DURO. Hasta 1989 se creía que Bowie dudaba a la hora de metamorfosearse. Sin embargo, en una rara condena de populismo, decidió ponerse al frente de Tin Machine, un cuarteto de rock duro en cuyo seno, contra toda lógica, insistía que no había jerarquías. Tal vez se adelantó a su tiempo: unos pocos años más y Tin Machine hubiera estado en la cresta de la ola del grunge. Pero tampoco: Bowie insistió en que actuaran trajeados.

EL HOMBRE DE NEGOCIOS. Como en todas las sagas del rock, en la de Bowie también hay un manager que le desplumó, Tony DeFries. Pero David superó el costoso error y es ahora propietario de la parte más sabrosa de su obra, tanto en derechos editoriales como en grabaciones que relanza metódicamente. Eso le ha permitido vender participaciones en sus futuras ganancias, ante el asombro de Wall Street. Beneficio añadido: presumir ante su amigo Mick Jagger de sus habilidades financieras, que le han convertido en una de las estrellas con mayor liquidez. •


El Pais Semanal Número 1.402. Domingo 10 de agosto de 2.003.

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