domingo, 7 de julio de 2013

Radio Futura llegando a Nueva York, pasando por Las Ramblas


Por: Diego A. Manrique | 06 de julio de 2013




Proposición: los ochenta fueron la auténtica Década Prodigiosa para España. Ocurrieron tantos prodigios que, verdaderamente, nos (mal)acostumbramos a ciertos milagros. Los que aquí nos ocupan fueron protagonizado por Radio Futura.

Unas transformaciones legitimadas por la ambición creativa. Radio Futura se reinventó en 1981, tras la frustración de Música Moderna. Resistieron dos larguisimos años a la indiferencia de medios e industria. Literalmente, rogaban que se les permitiera tocar -gratis- en las fiestas que entonces montábamos los de la radio a la menor excusa. De paso, descubrieron que el trabajo artístico requería controlar las infraestructuras: "aprendimos en carne propia cómo hacer discos, cómo montar conciertos, cómo sobrevivir a las giras. Cosas tan simples como separar las tomas de corriente para que las luces no interfirieran en el equipo de sonido..."


Aprender haciendo: "cuando fundamos Radio Futura éramos delineantes, currantes con ganas de expresarnos. Firmamos un contrato extraño y el primer disco se fue por territorios que no eran los nuestros. Luego nos reinventamos como banda de rock digamos experimental y tuvimos que pelearnos para que nos liberaran de un contrato con una compañía que no creía en nosotros."
Recuperaron el impulso con Ariola, al lanzar La ley del desierto/La ley del mar. Tres años más tarde, estaban jugando en las grandes ligas: grabando en Nueva York con veteranos encallecidos, desarrollando la intuición de que se podía trenzar un rock de sonido global con mimbres propios.
 
En la época Hispavox ya barajaban la etiqueta de “rock latino”. Soñaban una música sobria, lo bastante maleable para que encajaran las rudezas del castellano: crónicas de la España profunda, viñetas de la Barcelona canalla, tormentas del alma, narraciones enigmáticas entre Bob Dylan y Juan Rulfo. Y el ejercicio de musicar al Poe más gótico.

Se lo explicó Santiago a Nacho Saenz de Tejada, músico y entonces periodista de EL PAIS: "nuestro rock ha llegado a un grado incipiente de madurez, y por vez primera necesita plantearse qué relación guarda con la tradición musical española. Hemos heredado una tradición desmembrada que ha estado a punto de morir porque se ha especulado con ella de una forma ministerial y burocrática. En el paso de la civilización rural a la urbana se han perdido los matices y los aspectos más primitivos y rebeldes de este folclor, así como su sensibilidad y pureza. España es un país donde confluyen tradiciones musicales muy ricas y no sabemos cómo manejarlas. En los últimos 10 años, el rock ha supuesto una toma de conciencia para el español, que necesita un fluido musical para expresarse porque sus tradiciones sólo se han podido usar de manera caricaturesca y paródica, sin naturalidad. El rock es nuestra base, el folclor que nos faltó. A partir de ahora tenemos que diseñar nuestra propia música".

Esa audacia conceptual requería nervios templados. Tenemos información privilegiada sobre el proceso: Por qué hemos qué lo hemos hecho, el texto de Santiago reproducido en la actual reedición, y Así se hizo La canción de Juan Perro, escrito de Enrique Sierra que Efe Eme publicó póstumamente, en 2012 (http://www.efeeme.com/recuperamos-un-texto-inedito-de-enrique-sierra-alrededor-de-la-cancion-de-juan-perro-de-radio-futura/ )

Los puntos esenciales: parada en los conciertos. Reconstrucción de la formación. Compromiso de aparcar los sintetizadores. Deseo de ampliar el arsenal rítmico de la batería clásica. Meses de ensayo. Maquetas en el estudio situado en los sótanos de la sede madrileña de Ariola Eurodisc. Complicidad con el amigo de Londres, el productor Jo Dworniak.

Urge insistir ahora en la enorme aventura que suponía irse a grabar a Nueva York: algo impensable entonces para los grupos españoles. Se suponía que resultaría muy caro, aunque Paz Tejedor, la manager de Radio Futura, demostraría que no tanto, no tanto. Eligieron bien: Sigma Sound, en el 1697 de Broadway, la sucursal neoyorquina de los estudios donde se elaboró el Sonido de Filadelfia.
 Hubo una rápida aceptación por parte de los nativos. Especialmente, se establecieron lazos con los Uptown Horns, la sección de metales que contrataron. Unos bandarras que incluso se ofrecieron a salir de gira con los españoles. Se volverían a ver cuando los Uptown Horns andaban recorriendo mundo con los Rolling Stones y se aprovechó la parada madrileña para que plasmaran, con Keith Richards y Charlie Watts, su aportación al homenaje Weird nightmare: meditations on Mingus (1992). Como espectadores en el estudio, sus "spanish friends".

También participó un maestro percusionista, el habanero Daniel Ponce, que nos dejó hace unas semanas. Cuba profunda, recuerda Luis Auserón, superviviente del éxodo del Mariel, muy orgulloso de desenvolverse en los USA hablando "spanglish". Pero trajo sus instrumentos sagrados al corazón de Manhattan y dejó su magia.

Bajo el microscopio de Dwornniak, el trabajo fue intenso, aunque hubo margen para la descomprensión. Acudieron a ver a los Uptown Horns respaldando a Willy de Ville, se enfrentaron a la mujer-dragón que protegía al cantante, hubo risas y orgullo.

La canción de Juan Perro
funcionó gloriosamente. Dobló las ventas del anterior y, cabe imaginar, el público de Radio Futura. Justificó incluso una incursión en México, dos conciertos que dejaron un buenísimo sabor en Guadalajara y el DF, a pesar de que los músicos no estaban acostumbrados a moverse con guardaespaldas armados. Con todo, sembraron la semilla.

Y la banda se liberó. Sin esa experiencia neoyorquina, resulta inimaginable una jugada como “Paseo con la negra flor”, que ampliaba aquel idilio del Raval con pulso jamaicano y rompía el ombliguismo del rock nacional, al invocar a Peret. Con Radio Futura, el país se hizo más gozoso y reconocible.

Versión ampliada de un texto escrito -desinteresadamente, sin intercambio de dinero- en mayo de 2013. Publicado en la Edición 25 Aniversario de La canción de Juan Perro como "Las metamorfosis o cómo Radio Futura descubrió América". La nueva versión de La canción... triplica su duración: hay un segundo CD de maquetas y un tercero grabado en directo en Alcalá de Henares. Más detalles en la entrevista de Luis Auserón con Iñigo López Palacios http://cultura.elpais.com/cultura/2013/06/23/actualidad/1372013678_248437.html


El Pais- Planeta Manrique



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