Folclorista del siglo XXI: Kevin Johansen

Como buen cancionista, Kevin Johansen conjuga sonoridad y sentido. Ahora edita Bi, un álbum doble que transita de la milonga al rock
Por Javier Losilla




Kevin Johnasen se vale del rock, el reggae, el funk, el jazz swing o la música brasileña en Bi, su último disco. Foto: Lalo Yaski/ Getty Images


Kevin Johansen es un folclorista del siglo XXI. Un artista peculiar cuyo atractivo no radica en el bizarrismo, sino en la sabia combinación de fina ironía y talento musical. Nacido en Alaska en 1964, de padre estadounidense y madre argentina, ha vivido en San Francisco, Montevideo, Nueva York y Buenos Aires, ciudad en la que reside desde el año 2000. Tuvo un grupo llamado Instrucción Cívica, pero empezamos a saber de él a raíz de The Nada, su primer trabajo en solitario. Esa grabación la revalidó con el excelente álbum Sur o no sur, y más tarde consolidó trayectoria con City Zen y Logo, una mirada festiva a No logo, el libro de la canadiense Nao-mi Klein. En 2010 editó el directo Vivo en Buenos Aires, y ahora regresa con una colección de canciones nuevas recogidas én el CD doble Bi, una apuesta vibrante de subtropicalia y pop heart.
"Bi fue el primer título que se me ocurrió a raíz de ser justamente un disco doble. Luego, mi hermana Karina rescató los retratos de nuestros padres de jóvenes, y ahí dije: 'Esa es la tapa de Bi'. Claro que el término dispara a uno hacia lo bisexual, y por ello venía pensando que todos somos hijos de un padre y de una madre, mitad hombre, mitad mujer. Y en mi modesta opinión hay tantas formas de manifestar la sexualidad como personas en el planeta. Y esto se puede extender a la cuestión de la sensibilidad musical de cada uno; aunque también es algo superpersonal", explica Kevin desde Buenos Aires. Jogo, una de las dos partes de Bi, asienta sus reales en el folclore y muestra una clara influencia brasileña; Fogo, el otro CD, oferta rock, reggae, funk, calipso y jazz swing en una onda que recuerda al Joe Jackson de Body & Soul, y respira un ambiente vintage. ¿Le parece una apreciación medianamente acertada? "Fogo mira hacia Uruguay y Brasil desde Argentina, sobre los rastros de raíces negras que quedaron y la mezcla de lo
indígena con lo europeo. Y sí, me encanta el sonido vintage, el sonido viejo; con un toque actual, claro".
Johansen llama "influencias ineludibles" a los hallazgos de Leonard Cohén. (de quien revisa en Bi su Evereybody knows llevándolo al terreno de Piazzo-11a), Kevin Ayers y Serge Gainsbourg, fuentes en las que bebe su música; nombres a los que añade los de James Brown, Barry White, Atahualpa Yupan-qui y Joáo Gilberto. Un listado al que habrá que sumar a David Bowie, cuyo Modern love también recrea. "Ambas composiciones, la de Cohén y la de Bowie, son increíblemente atempora-les, y es lo que más me seduce de una
"Un buen cancionista debería ser un arqueólogo de la palabra que hurga, escava y va más allá de etimologías"
"Viví 10 años en Nueva York y volví a Buenos Aires en pleno 'corralito\ Luego, las Torres Gemelas. El Sur también resiste"
buena canción: cuando trasciende las modas musicales de su época". The Nada, Sur o no sur, City Zen, Atahualpa you funky!, Buenos Aires Antisocial Club, Tom Zen, Basta de bastas, Apo-calypso... Kevin, prestidigitador del doble sentido, disfruta jugando con el lenguaje, y esa es una de sus señas de
identidad como compositor. "Creo que la tarea de un buen cancionista o song-writer es la de conjugar sonoridad y tido, y a la vez ser una especie de arqueólogo de la palabra que hurga, escava y va más allá de etimologías. Como dice Youssou N'Dour, la música es el primer idioma; sin ella no hay nada".
Fruto de la "casualidad y la premeditación". Así describe Kevin la elección del elenco de colaboradores en Bi: "Uno empieza a escuchar tal o cual timbre de voz. Sabía que Lila Downs era perfecta para Baja a la tierra, y que Daniela Mercury lo era para Apocalyp-so; y así se fue dando con Paulinho Mos-ka, Rubén Rada, Lisandro Aristimuño y Natalia Lafourcade". ¿Se considera un folclorista del siglo XXI?, ¿le parece bien la definición? "Me halaga, porque mí madre quería ser Joan Baez, Mercedes Sosa y Violeta Parra, ¡todas en una! Tuve una crianza muy folclórica de- las Américas, y a eso agrégale tango, y luego la música caribeña y brasileña y la rumba que vinieron después". Johansen administra con sentido y sensibilidad esas y otras influencias, pero sigue sin tener claro qué es la canción popular: "Es un misterio. Hay miles de fórmulas, pero no hay una para que algo sea popular. Y éso me encanta. No sé si lo quiero saber, sinceramente; está en el aire. A veces hay que ser ánticanción para escribir algo nuevo y no ser un cansautor, como dice el gran uruguayo Rubén Rada".
Ahora el mundo también es más bi que nunca por la diferencia brutal entre ricos y pobres. ¿Le sugiere eso alguna canción? "Seguramente. La cosa está muy polarizada, y solo pensarlo un poco es desesperante. En Nunca digas siempre, una de las canciones de Bi, digo que la pequenez humana no para de crecer". Sur o no sur: ¿es ese el problema? "Ya no. Viví 10 años en Nueva York y volví a Buenos Aires en pleno corrali-to. Y al año y medio cayeron las Torres Gemelas. El Sur también resiste". •
BL Kevin Johansen. Octubre. Sony Music.


El Pais Babelia 25.08.12

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